INSTITUTO REYNOSENSE PARA LA CULTURA Y LAS ARTES

viernes, 7 de marzo de 2014

POEMA A REYNOSA


A REYNOSA
Le debo a esta tierra tantas cosas, que en esta gloriosa fecha de su fundación, me uno a su homenaje, aplaudo su buenaventura y despliego los manteles más vistosos y bordados con que cuenta mi gratitud, para festejar con todos la enorme satisfacción de ser parte de su gente. Permíteme Reynosa, ofrecerte humildemente estas palabras, escritas con el afecto y cariño de uno más de tus hijos:

Son para tí los versos que describen
el sentimiento vuelto nardo y rosa,
                                  mi gratitud, que de rima hoy se viste         
y los verbos que evocan a Reynosa.

                                     En tí se conjugaron los espacios                     
que hicieron a mi infancia placentera;
                                   cómo no recordar la calle Hidalgo                
y a lo largo del Bravo su ribera.
                                                                                           
                                       Tu plaza principal dejó en mi mente
esa magia que el tiempo no destruye,
y a mi alma iluminó con luz celeste
tu magna catedral de Guadalupe.

El mercado Zaragoza es testigo
de su gran colorido que pasmaba
a mis ojos absortos, que de niño,
admiraban sus trompos y guitarras.

Tu estación del  tren jamás se olvida,
aunque pasen y pasen primaveras,
cuántos cines supieron de mi risa
cautivando, de más,  mi edad primera.

Al compás de acordeón y bajosexto
escuchaba tu voz acompasada
y tu aroma paseaba entre mis dedos
con tortillas de harina y carne asada.

Tú me viste cantar a la ventana
serenatas de amor bajo la luna,
mientras besos te daba la alborada
y abrazos te ceñía el Anzalduas.

Vive en tí la playita de tu río
y el trinar de los pájaros en vuelo,
tu laguna que arrulla con sus grillos
la noche adormecida de tu cielo.

Eres fuerza mecida por el viento
en cálida ventisca que calcina
palmo a palmo los poros de mi cuerpo
en las tardes de sol y algarabía.

Y el blanco que tirita cuando hiela
y adorna con cristales tus mañanas,
eres soplo que quema y que congela;
intensa como el rojo y la campana.

La colmena que labra sin descanso
y forja con sudor una esperanza;
tú abrigas, en la brega, con tu manto
a todos los que llegan a tu casa.

Y aunque lejos nací de tu semilla
enraizaste en mí el nombre de Reynosa ,
porque el sorgo es de donde el tallo espiga
y la nube es de donde su agua moja.

Fue en tí que distinguí el dulce acento
de la clara palabra de mi madre,
quien me enseñó a creer en el eterno
y me guió de su mano por tus calles.

En tu suelo crecí con el ejemplo
de la grata presencia de mi padre,
quien me dijo que el hombre verdadero
mide con su palabra lo que vale.

Bendita tierra donde fui tejiendo
mis sueños como verde enredadera
y conocí el amor bajo tu cielo
y en tu noche me enseñaste las estrellas.

Cómo no he de quererte si en tu huerto
nacieron de mi sangre los rosales,
mis hijos, que son fruto de tu suelo
y pedazos de mi alma y de mi carne.

Cómo no agradecerte si tu aurora
me ha visto despertar de enero a enero,
es por eso que tú eres mi Reynosa,
el rincón de la patria que venero.

¡ Lanza en voz de tu fiel  Refinería ! ,
¡ el sonido que antaño pregonara ! ,
y al son de su sonora melodía
¡ diles tú que Reynosa baila y canta !.

¡ Que la fiesta en tu nombre se levante !
¡ y en tu kiosco la banda nos deleite !,
quiero ver muy cerquita tus bailables
¡ que me enchinan la piel con el querreque !.

¡ Y que suene tu música norteña !
¡ y te vista tu feria de colores ! ,
 ¡que la vida, en tus rumbos, nos enseña !
¡ a cimbrar de emoción los corazones !.

¡ Para tí que redoblen los tambores !
¡ y que toquen a diana las trompetas ! ;
¡ que hoy te rindo, Reynosa, los honores !
¡ con ofrendas de rosas y guirnaldas !.

Y cuando venga… lo que siempre llega…

quiero tranquilo dormir en tu regazo…
descansar en paz bajo tu tierra…
y que me cubra… tu cielo …de alabastro.

    PROFR. SALVADOR RAMIREZ BRAVO




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